Por esta razón, su gestión es un elemento crucial en un entorno moderno y de cambios continuos. Por lo que las empresas deben disponer de herramientas para identificar y gestionar esta cultura y convertirse en una organización competitiva, en busca de clientes que se sientan identificados y reflejados con los valores y comportamientos que abanderan.
Existen cinco acciones que toda empresa debe tener en cuenta a la hora de crear y mantener la cultura con la que se quieren identificar.
- Definir la cultura a implantar
- Constitución de sus comportamientos
- Mejora de la comunicación empresarial
- Coherencia entre lo que se hace y lo que se dice
- Plantear la necesidad de dedicar más tiempo a la selección y contratación de empleados
Tipologías de cultura organizacional
Existen muchos modelos de cultura organizacional, tantos como clasificaciones de los mismos. Sin embargo, la clasificación definida por Roger Harrison, de Harvard Business Review, es la que cuenta con mayor aceptación y popularidad, ya que define cuatro tipos de orientaciones culturales según los objetivos empresariales y los valores asociados a ellos.
* 1. Organizaciones orientadas al poder, cuyo objetivo principal es la competitividad empresarial. Sus valores están orientados a reforzar su posición de poder en el mercado, por lo que suele tomar decisiones a través de la figura de un directivo con autonomía y control sobre los empleados.
* 2. Organizaciones orientadas a la norma, basadas en garantizar la seguridad y estabilidad de la empresa. Están enfocadas al cumplimiento estricto de las normas y las responsabilidades de cada puesto, así como el funcionamiento correcto de los procedimientos y procesos.
* 3. Organizaciones orientadas a resultados, que tienen como objetivo ser más eficaces y óptimas durante el desarrollo de los procesos. Apuestan por la reducción de costes y el cumplimiento de los objetivos empresariales en breves plazos de tiempo, con la mayor eficacia posible. Es lo que hace a las empresas más competitivas en entornos empresariales cada vez más complicados.
* 4. Organizaciones orientadas a personas, que abogan por la realización personal de los miembros de sus equipos de trabajo mediante el desarrollo de su formación, como así el fomento de su motivación, creatividad, implicación y satisfacción. El empleado es el centro de la actividad , porque supone el activo más importante de la organización y con ello se propicia la ayuda e interés mutuos.
En la actualidad, las empresas apuestan por modelos orientados a resultados y personas, dada su flexibilidad, y deciden alejarse de culturas estrictas, como las orientadas al poder y la norma, propias del pasado.
Fuentes: Harvard Business Review, EmprendePyme, Acsendo, Felicidadeneltrabajo.es