También son una forma física de establecer la distancia. Todas las visitas a una oficina eran con el ejecutivo en un lado de su escritorio y el visitante en el otro.
Actualmente, es complicado dar con ese tipo de mobiliario en cualquier empresa.
Llegaron otros tiempos y el mundo corporativo está cambiando. El espíritu empresarial actual prefiere los espacios abiertos y diáfanos que fomenten unas relaciones horizontales entre los trabajadores. Si antes el estatus estaba en la distancia, ahora lo está en la emancipación de un lugar fijo y hermético para trabajar.
Esta nueva distribución establece una estrecha correlación entre las interacciones personales, el desempeño y la innovación. El modelo conocido como hot desking o sitios calientes fomenta la colaboración entre los empleados y hace florecer la creatividad mediante la interacción de las personas.
“Si antes el estatus estaba en la distancia, ahora lo está en la emancipación de un lugar fijo y hermético para trabajar.”
Se trata de un modelo necesario no solo por los beneficios que aporta a la empresa, sino también porque adapta las oficinas a la era del trabajo digital del siglo XXI. Si las herramientas que utilizamos para desempeñar nuestro trabajo han cambiado tanto, ¿cómo no iban a hacerlo los lugares a los que acudíamos para realizarlo? Más que un cambio sencillo, es un cambio necesario. Por eso, este artículo pretende ofrecer una guía para adaptarse a este sistema.