La amistad en el trabajo, un factor intangible a la hora de motivar y retener talento
Pasamos gran parte de nuestra vida en el trabajo -normalmente, unas 40 horas a la semana-. Es comprensible que los lazos que creamos con nuestros compañeros nos marquen de alguna forma.
En un mundo cada vez más interconectado, la importancia de las relaciones personales en nuestras vidas profesionales y personales no puede ser subestimada. Las conexiones personales pueden ser un motor potente para mejorar el rendimiento, tanto a nivel individual como de equipo. De hecho, así lo demostró una encuesta de Gallup, que descubrió que solo el 30 % de los trabajadores afirmaron tener esa conexión en el trabajo.
Sin embargo, este 30 % demostró un compromiso laboral significativamente mayor, un rendimiento superior y menos probabilidades de dejar su trabajo por una oferta más atractiva. Además, la encuesta de Gallup también encontró que tener un amigo cercano en el trabajo se había vuelto aún más importante desde la pandemia y el aumento del trabajo híbrido y remoto.
“Las conexiones personales pueden ser un motor potente para mejorar el rendimiento, tanto a nivel individual como de equipo.”
Las conexiones significativas en el lugar de trabajo impulsan muchos de los resultados fundamentales para los equipos de alto rendimiento. Tal y como indican en este artículo de HBR, logran mejores índices de productividad, creatividad y colaboración. No solo trabajan mejor, sino que proporcionan más estabilidad a un equipo.
Por el contrario, cuando los empleados se sienten desconectados de su equipo o solos, su capacidad de concentración se deteriora y su disposición a colaborar se desploma. Peor aún, dedican valiosos recursos cognitivos a intentar ocultar su soledad a los demás, dejando menos potencia mental para completar proyectos. En resumen, se vuelven menos capaces de hacer su trabajo.